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"Jóvenes: Aprended a juzgar por vosotros mismos, aspirad a la independencia del pensamiento."
Andrés Bello

miércoles, 14 de mayo de 2008

Guia Procesos Cognitivos: Aprendizaje, Inteligencia y Lenguaje


Guía de trabajo Filosofía
Tercero Medio
Objetivos:
- Comprender un texto escrito.
- Definir conceptos desde la teoría psicológica.
- Relacionar los componentes del proceso cognitivo.
- Reflexionar en torno al pensamiento humano.
Instrucciones:
a) Lea con atención el texto.
b) Defina: Aprendizaje, inteligencia y lenguaje.
c) Relacione los conceptos antes mencionados. Asocie la acción del pensamiento, por ejemplo, en la resolución de un problema, con los procesos de aprendizaje, inteligencia y lenguaje.

Los procesos cognitivos: Aprendizaje, Inteligencia y Lenguaje.

REFLEXIONEMOS:
¿Pueden pensar las máquinas? Se trata de saber si las máquinas piensan, o si pueden llegar a hacerlo. En este sentido, ¿Qué es el pensamiento? ¿Cuál es la diferencia entre el ordenador y la mente humana?
¿Hay máquinas inteligentes? Se diría que sí. Ya que hoy se habla incluso de “edificios inteligentes”. De nuevo la cuestión depende del alcance de las palabras ¿Qué es la inteligencia?, ¿Hay diferencias entre la inteligencia de las máquinas, la de los animales y la del ser humano? ¿En que radica dicha diferencia?...

El Aprendizaje.
Por aprendizaje se entiende “un cambio más o menos permanente de conducta que ocurre como resultado de la práctica” (Hilgard y Marquis). Significa, por tanto, la aparición de una conducta nueva -que posee un alto grado de permanencia- y que surge como consecuencia de la actividad y experiencias anteriores.
En este sentido, la conducta aprendida difiere de la conducta instintiva. En efecto, el instinto es una pauta fija de acción de carácter innato, es decir, no es algo aprendido. Seguramente los animales poseen un gran número de instintos, pero no así el hombre ( se citan sólo instintos muy escasos y rudimentarios, como el instinto de succión en el bebe). Por ello, el hombre debe aprender prácticamente todo.
“Consideremos los cambios que ocurren en el comportamiento de un niño durante sus primeros años de vida. En este período, el niño se moldea o socializa, para convertirse en un miembro activo de su sociedad. Para poder hacer esto en cualquier cultura, debe aprender las formas apropiadas de interactuar con las personas… aprender a evitar las situaciones potencialmente peligrosas, a pensar en forma lógica y realista; aprender a percibir el mundo como lo perciben los otros , y las muchas respuestas y ajustes distintivos que hacen que él sea diferente de los demás. Es una maravilla que consiga aprender todas estas cosas. El hecho de hacerlo es prueba de la notable plasticidad del comportamiento humano y de su sistema nervioso.
Esta plasticidad parece extenderse por todo el reino animal. Aunque todavía no se sabe con certeza todo acerca del aprendizaje de los organismos unicelulares, organismos an inferiores como las planarias poseen una rudimentaria capacidad de aprender, y el aprendizaje se ha demostrado repetidamente en los vertebrados desde los peces hasta el hombre. La cantidad y las clases de cosas que pueden aprenderse aumenta considerablemente en los mamíferos superiores, y el hombre se distingue por su enorme capacidad de aprender.( C.T. Morgan, R.A. King, Introducción a la psicología. Madrid, Aguilar, 1978, p. 69.)
No solamente cambia la conducta cuando aprendemos algo. La permanencia del cambio indica que ha habido una modificación más profunda en las neuronas activas del cerebro que regulan el comportamiento. Pero este cambio no es observable; lo único que se puede observar es el cambio de conducta o aprendizaje.





Inteligencia y Aprendizaje.
Vivimos en el mundo, adaptándonos a él. La percepción nos da ya una información sobre el mundo y nos permite una primera adaptación. El aprendizaje permite una adaptación mucho más activa, puesto que desencadena respuestas a la realidad que nos rodea. Pero las respuestas aprendidas tienen un carácter de cierta rigidez: son respuestas estereotipadas a situaciones repetidas y “sabidas”. ¿Qué pasa cuando el animal y el hombre se encuentran en situaciones nuevas y, sobre todo, ante dificultades y problemas? Entonces entra en funcionamiento la inteligencia o “capacidad para resolver problemas”, que poseen también los animales. Pero quizá sólo el hombre posee otra forma de relacionarse con el mundo: el pensamiento abstracto.
“La inteligencia es la solución de un problema nuevo para el sujeto, es la coordinación de los medios para alcanzar un cierto objetivo que no es accesible de manera inmediata; mientras que el pensamiento es la inteligencia interiorizada, y se apoya no ya sobre la acción directa, sino sobre un simbolismo, sobre la evocación simbólica por el lenguaje, por las imágenes mentales, etc., que permiten representar lo que la inteligencia sensorio-motriz, por el contrario, va a captar directamente”. (J. Piaget, Problemas de psicología genética. Barcelona, Ariel, 1978pp. 18-19)
Cuando se intenta resolver un problema, normalmente se manejan datos presentes y percibidos en el momento… Pero a veces el hombre se distancia y “piensa” ¿Qué es lo que sucede entonces? Ya no se está en contacto con la realidad, sino que entre las cosas y la mente se han interpuesto “símbolos”, es decir, representaciones mentales de la realidad. Estos símbolos pueden ser imágenes, palabras o conceptos.
El Lenguaje.
El hombre utiliza el lenguaje como medio: 1) de expresión (es el uso más temprano: sonidos que expresan sentimientos; más tarde se usarán palabras); 2) de regulación de la acción (la acción queda bajo control verbal: los niños se dan instrucciones a sí mismos acerca de lo que están haciendo, tanto más cuanto más difícil es la tarea; a partir de los 6-7 años, este hablarse a sí mismo es substituido por el pensar silencioso); 3) de comunicación (al principio el niño no es capaz de ponerse en el punto de vista del otro: habla egocéntrica); y 4) de representación (pensamiento simbólico con palabras).
¿Cómo hemos aprendido a hablar? ¿En qué se basa nuestra posibilidad del lenguaje hablado?
*Para Skinner, el aprendizaje del lenguaje se aplica por el condicionamiento operante. Los niños comienzan a balbucear muy pronto ; entonces los padres, sin darse cuenta generalmente, refuerzan (mediante aplausos, risas, etcétera) la pronunciación de las sílabas que se parecen a palabras existentes. En concreto, las consonantes p y m y las vocales a y e son muy frecuentes en el balbuceo infantil. El niño ensayará sonidos como pa o ma y el refuerzo de los padres será inmediato y constante. Se dice: “El niño ha dicho papá” como si fuera algo que llega por sí solo. Habría que decir: “Ya hemos conseguido que el nuño –reforzándole- aprenda a decir papá. Procesos de imitación (del lenguaje de los padres) y de asociación (de las palabras con las cosas) intervendrán es este aprendizaje.
* Sin embargo, está teoría no parece explicar suficientemente el aprendizaje de las reglas gramaticales (el simple refuerzo no bastaría). Y si los niños imitan el lenguaje de los padres, ¿Por qué dicen “ponido” en lugar de decir “puesto”( como dirá más tarde, justamente por mecanismo de imitación y refuerzo negativo). Por esta razón, la teoría innatista de Chomsky intenta suplir las deficiencias de la teoría del aprendizaje. Aboga, en efecto, por la existencia de estructuras generativas profundas e innatas comunes a todos los hombres, junto a otras más superficiales y adquiridas, variables según las lenguas.
Extractado de: C. Tejedor, Introducción a la Filosofía.